viernes, 20 de enero de 2012

San Antón, antorchas, retos y tu sonrisa!!!

   Y llegó la carrera urbana de la San Antón, una carrera  mágica, que los jiennenses han hecho suya por la importancia que se le da al corredor popular y por las emociones que se viven durante su recorrido. Es un patrimonio de la ciudad y la provincia y los atletas populares son conscientes de ello y siempre responden a la hora de inscribirse.



 Este año, la nota entrañable de la carrera fue la presencia de Laura López, la joven de la capital que salió hace unos meses del coma, que dio otro paso más con su participación. María, la hermana pequeña de Laura se inscribió para la carrera y ella también quería, así que su padre dijo que él la llevaría y yo me uní al reto junto con mis dos hijos Jerónimo y Manuel. Los días previos a la carrera no dejamos de mirar el tiempo, dan lluvia, dan nieve, lluvia otra vez...podremos correrla???
   Antes de la carrera ya estábamos todos nerviosos y emocionados por el reto que nos habíamos propuesto y Laura tan contenta, nos pusimos todos las camisetas con el dorsal con su nombre, nos abrigamos porque hacía un frío invernal y a la calle!!! El ambiente era especial, a pesar del frio, había muchísima gente para animar a los corredores, desde la organización nos indicaron el sitio para colocarnos y esperar a que pasaran la gran mayoría de los participantes (por riesgo de ser arrollados) he de decir que me quedé impresionada con la cantidad de niños que la corrían, y nos unimos a ellos en cuanto vimos la ocasión, es difícil describir una escena tan bonita y no quedarse corta, la gente animando a Laura, su padre tan feliz llevándola, mis hijos ilusionadísimos, yo preparada para empujar a la silla  en cuanto hiciera falta y Laura sin dejar de reir, así llegamos al túnel del puente, qué sensación más bonita ver a tantos niños corriendo, el papa de Laura y yo tomamos la primera carrerilla para subir la cuesta y a seguir con el ritmo jajajaja llegados al principio de la avenida de Madrid nos encontramos con Pepe Moreno, amigo del papa de Laura, que sin dudarlo se agarró a la silla y dijó: "venga que os ayudo a subir Manolo" de este modo entre los tres empujamos a Laura hasta arriba, y proseguimos con la carrera, muy arropados y animados por el público que no dejaba de gritar "vamos Laura, vamos", en el Gran Eje, mi hermano cada vez corría más con la silla y yo llevaba a mi hijo Manuel de la mano para que no nos dejaran atrás, conseguimos llegar a la meta con una gran sonrisa, reto superado y lo mejor, lo bien que lo habías pasado Laura.
Gracias a tod@s por los ánimos y las palmas a lo largo del recorrido, mereció la pena sólo por escucharla reir sin parar!!! Ya veremos qué pasa el año que viene ;-) porque las sensaciones no pudieron ser mejores.