jueves, 19 de abril de 2012

Mientras dormía... capítulo 4: ESTANCIA EN EL "PRINCESA"

   "Dos meses y medio ingresada sin experimentar avances"


      Ayudantes en la habitación 322.
       Manuela Rosa Jaenes. 2 Abril 2012

Parte de los que cuidaron y visitaron a Laura posan con ella: Antonio López,
sus padres, Encarna Montiel y Manuel López, y sus tíos Lola,Ana y Quico López.


   La joven recuerda lo que ocurrió a su alrededor cuando estaba en coma profundo.
Laura López Montiel salió de la Unidad de Vigilancia Intensiva en los últimos días de enero de 2011. El personal sanitario le preparó una habitación, la 322, en el Hospital Neurotraumatológico, con todas las comodidades. Allí estuvo dos meses y medio en los que, a simple vista, no experimentó ni un solo avance.
   La familia confiesa que, al principio, todo fue una odisea. Los padres no querían dejar sola a la joven ni un segundo y tuvieron que establecer un calendario de turnos que les permitiera, también, cumplir con sus obligaciones laborales. Conscientes de que el ingreso tenía principio pero no fin, se organizaron como pudieron para estar cerca de Laura el mayor tiempo posible. La habitación 322 se convirtió en algo parecido a un santuario. No faltaban estampas religiosas, fotografías familiares e, incluso, un original guante de goma en el que las personas que mas la quieren dejaron escritos sus deseos.
   Quico López, el tío paterno, recuerda que sus padres tuvieron que hacer un "curso acelerado" de enfermería para afrontar los contratiempos que surgieron durante los dos meses y medio de ingreso. Lo primero que hicieron fue comprar una libreta en la que todos los que se quedaban, de día o de noche, al cuidado de Laura estaban obligados a anotar todo tipo de detalles, desde su temperatura hasta las pulsaciones e, incluso, los cambios posturales.
   Laura López vivió en primera persona  aquella dedicación sin límites de sus familiares. No movía absolutamente nada y, a simple vista, estaba prácticamente en el otro mundo. Sin embargo, ahora recuerda muchas cosas de las que ocurrieron a su alrededor mientras dormía. Sabe que su tía Ana le cantaba "Las mañanitas del Rey David" y que su hermana pequeña le tocaba la guitarra. Allí permaneció hasta el 16 de abril.


   * La familia ha tardado un tiempo en encontrar el guante, pero, al final, lo consiguió. Ese objeto que parece no tener valor alguno está lleno de buenos deseos para Laura.
   * Mientras la joven estuvo ingresada, la visitó Inma, otra chica que consiguió salir del coma. Laura recuerda, ahora, lo que le dijo: "No prestes atención a los que veas por ahí, porque los que más te quieren están aquí". Es escalofriante su relato.
   *  Otra de las cosas que recuerda es que Marío, un residente en "López Barneo", la visitó en tres ocasiones.
   * Los que estuvieron al pie del cañón fueron sus padres; sus tíos Ana, Lola, Jesús y Quico López; sus tías Laura Sánchez, Ana María y Josefína Montiel.

Mientras dormía... capítulo 3: ESTANCIA EN LA UVI

    " La joven pasó un mes con altos y bajos durante la etapa más crítica"


Había señales de esperanza.
   Manuela Rosa Jaenes. 26 Marzo 2012

   La familia de la joven recuerda con cariño a la médico Encarnación Castillo.
Encarnación Castillo Lorente es médica intensivista de la Unidad de Vigilancia Intensiva del Hospital Neurotraumatológico. Estuvo pendiente de Laura López Montiel desde el día que la operaron por segunda vez. Vivió de cerca la situación más crítica por la que atravesó la joven y dice que siempre tuvo esperanzas en su recuperación.
 La joven que despertó del coma tras nueve meses dormida permaneció alrededor de treinta días en la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) del Hospital Neurotraumatológico, ubicada justo al lado de Urgencias. Fue, sin duda, la etapa más dura que vivieron Laura López, su familia y el equipo de médicos y enfermeros que lo dieron todo por ella.
Agustín Carrillo, Encarnación Castillo, Rafael Prieto, Rosell Quirós, Pedro
Conde, Ana Belén Martos, Verónica Pereira y Luis Ortega.
     Encarnación Castillo Lorente es una reconocida médica intensivista que se volcó por completo con el caso. Los padres de la joven, Manuel López y Encarnación Montiel, la recuerdan con especial cariño. " No hubo un solo día que no nos diera un halo de esperanza. Fue una de las pocas personas que creyó desde el primer momento en que mi niña saldría del coma", dice la madre.
Reencuentro de Encarnación Castillo con Laura López y
su padre, Manuel López.
   La médica, que se reencontró con Laura la semana pasada gracias a Diario JAEN, no pudo contener la emoción y la alegría que sintió al verla tan recuperada. "Yo sabía que lo conseguiría, porque no había motivos profesionales que dijeran lo contrario", apunta. Laura López también lloró al ver a Encarnación Castillo, a quien agradeció todo lo que hizo por ella durante su estancia en la UVI.
   Fueron treinta días en los que, después de dos operaciones, las pruebas reflejaban que no había signos de daño de estructuras vitales. Encarnación Castillo comenta que, a tenor de los resultados del electroencefalograma y la resonancia magnética nuclear, le sorprendía que Laura tardara tanto en salir del coma, porque otros pacientes en situaciones similares ya lo habían hecho. "Eso hizo a muchos compañeros estar pesimistas con respecto a su pronóstico, pero yo sabía que, tarde o temprano, saldría para adelante", señala. Añade: " Por eso le decía a los padres, cada mañana, que tuvieran paciencia". La médica destaca el trabajo realizado por la familia.

domingo, 15 de abril de 2012

Laura López "siente" La Vera Cruz

La congregación impone su medalla de plata a la joven, cofrade de la hermandad.


   Javier Cano. 22 marzo 2012.
   La Congregación de La Vera Cruz impuso su medalla de plata a la joven Laura López, cofrade de la hermandad decana de la Pasión jiennense. La recibió, feliz, en un acto celebrado en San Ildefonso que hizo soltar lágrimas de emoción a los promotores de la concesión.
Emoción. Cofrades rodean a Laura López , junto con sus
padres, tras la imposición de la medalla.
   El espíritu cristiano de la Congregación de la Vera Cruz llevó a su junta de gobierno, presidida por Manuel Peñalver, a conceder la medalla de plata de la hermandad -una de sus más altas distinciones- a Laura López, la joven que salió del coma, con el objetivo de acompañarla en su proceso de recuperación.
   Con este acto, celebrado en San Ildefonso el último día del triduo de la cofradía decana, la junta de gobierno quiso infundir ánimos a la joven cofrade, que se mostró emocionada y feliz con el transcurso de la cita. Unos sentimientos que contagió a los dirigentes y a los miembros de la hermandad, conmovidos ante la gratitud de la mirada de la joven.
  Acompañada de sus familiares más cercanos, López Montiel sintió sobre su pecho el sincero calor de sus hermanos en Cristo, que le reservaron, ademas, el privilegio de dar el primer golpe de llamador en el paso de palio de María Santísima de los Dolores cuando este toque calle, el próximo Jueves Santo.

La joven contagió la emoción y la alegría a los dirigentes y los miembros de la congregación.

jueves, 12 de abril de 2012

Mientras dormía... capítulo 2: LAS DOS OPERACIONES

   "Osamah Abdullah El Rubaidi cuenta su experiencia en el caso"

Laura es nuestro trofeo
   Manuela Rosa Jaenes. 19 Marzo 2012
 
   El neurocirujano que operó a la joven dice que se recuperó gracias a la familia
Laura López Montiel despidió el año 2010 en el hospital. Cuando llegó, trasladada por el 061, no le respondían las constantes vitales y la situación que encontraron los profesionales de la medicina era extrema. Fue casi providencial cómo se enteró del caso el director de la Unidad de Neurocirugía, Osamah Abdullah El Rubaidi, quien la intervino hasta en dos ocasiones.

   Sus padres desconocían qué le había ocurrido aquel 30 de diciembre. Cayó redonda al suelo, posiblemente mareada, pero hubo quienes achacaron el desmayo a un infarto. Laura López tiene la suerte de contar con varios profesionales de la enfermería entre sus familiares más cercanos. Uno de ellos, Jose López, se encontraba en Granada ese día y se disponía a almorzar con el director de la Unidad de Neurocirugía, el prestigioso jordano Osamah Abdullah, cuando sonó el teléfono. Era su esposa quien le transmitió la noticia.
Justo en ese momento, el doctor Abdullah decidió hacerse cargo de la situación. era un día de descanso para él, pero sabía que no podía pasar por alto un caso de extrema gravedad como ya preveía. Llamó al personal de la Unidad de Cuidados Intensivos y ordenó las pruebas que determinaron, en un tiempo récord, que la joven había sufrido una hemorragía cerebelosa. El neurocirujano dejó la comida a medias y, después de pasar  por casa para asearse, se trasladó rápidamente hasta el hospital.
   " La encontré con signos neurológicos de muerte, en coma profundo y con respiración mecánica. Había que  operarla", recuerda. A las dificultades propias de la intervención se unió una responsabilidad social derivada de la amistad que Abdullah El Rubaidi tiene con varios familiares de Laura. " En el quirófano vimos que el cerebelo estaba muy dañado, pero no pudimos encontrar el origen de la hemorragia", señala. La operación terminó y ella empezó a mostrar signos de vitalidad. Sin embargo, el 12 de enero sufrió una recaída.
   Los médicos podrían haber dado el caso por perdido. Sin embargo, Osamah Abdullah nunca tiró la toalla. Sabía que una mujer con veinte años podía salir de la situación y había que intentarlo. De nuevo, a quirófano. La segunda operación fue más profunda y en ella el neurocirujano encontró el origen del problema: una malformación que provocaba el sangrado continuo de una arteria. La extirpó y la hemorragia desapareció para siempre. Laura López se enfrentaba, a partir de ese momento, a tres posibilidades: morir, quedar vegetal (coma reactivo profundo prolongado) o salir del coma.

 RECUPERACIÓN. Osamah Abdullah dice que la recuperación de la joven tiene una base científica, aunque sostiene: "En medicina, dos y dos no tienen por qué ser cuatro, es decir, a veces los médicos no tenemos la respuesta". El neurocirujano explica que el cerebelo es algo así como la central eléctrica de una ciudad. Se trata de un sistema reticular compuesto por neuronas gigantes que conforman una malla con actividad eléctrica. Son las que activan el sistema respiratorio, el vascular, etcétera. Ahí es donde Laura tenía la hemorragia. Una vez solucionado este problema, las neuronas empezaron a regenerarse, lentamente, de tal forma que era imperceptible incluso para los profesionales ver que la joven salía poco a poco del coma. "Ella ha estado dormida mucho tiempo porque su sistema reticular ha estado enfermo. El periodo de penumbra esquémica quiere decir que las neuronas estaban dormidas, pero no muertas, y esa fue la fase del coma", agrega.
   El doctor indica que lo que vivió la familia durante todo ese tiempo fue "desesperante". Dice que él aportó su grano de arena, pero "responsabiliza" de la recuperación a sus padres, a sus tíos, a sus primos...Asegura que el cariño y los mimos que recibió la joven mientras dormía fue lo que hizo que las neuronas se regeneraran hasta devolverla a la vida. "Sin ellos no habría salido, como no han salido muchos de los que han pasado por aquí". Por eso sentencia: "Laura es nuestro trofeo, es el premio a nuestra labor, lo que hace que los médicos tengamos ilusión y no nos hundamos en la miseria."
Osamah Abdullah se echa un pulso con Laura López en presencia de sus padres,
Manuel López y Encarna Montiel, y su tío Quico López.

   * La primera vez que la operaron entró en quirófano el 30 de diciembre y salió el 31. Eran las doce y media de la noche y la familia tuvo que esperar 72 horas para ver su reacción.
   * La médica intensivista Encarnación Castillo fue la responsable de comunicar a la familia, en todo momento, cómo evolucionaba Laura López.
   * Entre la primera y la segunda operación hubo transfusiones sanguíneas, falta de oxígeno y fiebres muy altas.
   * La joven esperaba ser trasladada hasta Granada para someterse a una arteriografía cerebral, pero no dio tiempo. Fue justo en ese momento cuando sufrió la segunda hemorragia.

domingo, 8 de abril de 2012

Mientras dormía... capítulo 1: ENTRA EN COMA

   "Todo empezó con dolores de cabeza que la llevaron horas antes, al hospital"


El antes y el después del coma
   Manuela Rosa Jaenes. 12 Marzo 2012

  Primera parada en la historia de una joven que estuvo muy cerca de la muerte 
Laura López Montiel estuvo apartada de la vida durante nueve intensos meses. Una hemorragia cerebelosa truncó las ilusiones de una mujer joven y con muchos proyectos. Diario JAEN comienza hoy un recorrido de doce capítulos en el que intentará desgranar lo que ocurrió el día que entró en coma y lo que pasó mientras dormía.

  Quedaban dos días para que expirara 2010 cuando un hecho terrible cambió la vida de toda una familia. Laura López Montiel, una jiennense que entonces tenía veinte años y toda una historia que contar, bromeaba en casa, ajena a lo que el destino le aguardaba.
  Aquel 30 de diciembre no se había levantado bien. Pasó la madrugada con intensos dolores de cabeza e, incluso, vómitos, pero no se atrevió a molestar a su familia. Pensó que sería algo pasajero y que, a la mañana siguiente, lo habría superado. Sin embargo, no fue así. Fue entonces cuando sus padres decidieron acompañarla hasta el hospital con la convicción de que un tratamiento devolvería a Laura López la vitalidad que la caracterizaba. Le diagnosticaron sinusitis y, después de dos horas de pruebas, regresó a su domicilio.
  A las dos de la tarde, un grito estremecedor se oyó en el salón de su casa. Fue el último alarido de Laura López. La joven estaba tirada en el suelo y no respondía a los estímulos. Era una jornada en la que las familias se afanan en los preparativos para despedir el nuevo año. En la casa del barrio de Santa Isabel, donde reside, se notaba el trajín de una fiesta tan especial. La noche se truncó y, con ella, la vida de una joven que irradiaba felicidad. Ese día, oportunamente, el padre de Laura, Manuel López, llegó quince minutos antes del trabajo y se cambiaba de zapatos en la cochera cuando escuchó el grito. En esos momentos de confusión, el equipo del 061 trasladó a la enferma hasta el Hospital Médico-Quirúrgico. La noticia golpeó no solo a la familia, sino también a los amigos, a los vecinos e, incluso, a los clientes de Bicicletas Laura, un negocio en el que se estrenaba como empresaria. En el hospital, el diagnóstico fue claro: hemorragia cerebelosa -el cerebelo es el centro nervioso del encéfalo que ocupa la parte posterior e inferior del cráneo y cuya función principal es la coordinación motriz- o muerte cerebral. En esos momentos de incertidumbre, de desconocimiento de la situación y de nerviosismo, los tíos de la joven, profesionales de la Enfermería, valoraron la posibilidad de trasladarla hasta Granada convencidos de encontrar algo de luz en medio de aquel callejón sin salida. Sin embargo, Manuel López tomó la decisión de entregarse por completo a la Medicina jiennense.

Laura López, flanqueada por
su hermana Ana y su prima María
           Anecdotario
  * Laura López estudiaba Empresariales, pero decidió aparcar los libros para emprender una aventura con la que siempre soñó: una tienda de bicicletas. Sus padres invirtieron los ahorros de toda una vida para cumplir con el sueño de su hija. Así es cómo abrió Bicicletas Laura, situada al final de la Avenida de Andalucía.
  * Los clientes del establecimiento se sorprendieron al ver, el 31 de diciembre, un estremecedor cartel en el que se anunciaba el cierre temporal a causa de un terrible suceso.
  * La familia de Laura López destaca que siempre fue una joven inteligente y muy despierta. Como anécdota, cuentan que en el negocio no necesitaba tener registradas las cuentas. Todo lo tenía en la cabeza, su verdadero ordenador.
  * Una de las ilusiones de López Montiel era celebrar la llegada del año 2011 en una conocida discoteca de la capital. Su tío paterno Kiko le prometió al entrar en coma, que lo harían juntos algún día.
  * Familiares y amigos no han parado de acompañarla. Incluso, en Nochevieja, todos se congregaron en la sala de espera de la UCI para permanecer lo más cerca posible de ella. Sus padres y sus tíos se turnan desde aquel día para atenderla.
  * Los amigos y familiares de Laura López no pararon ni un solo día de hablarle, en voz alta, y contarle todo lo que sucedía a su alrededor.

Hermana de honor de la Morenita


 Ildefonso Rueda Jándula (párroco de Torres):
  Tarde de Domingo, bajando del Santuario de la Virgen de la Cabeza. Los últimos rayos del sol anaranjados, sobre los pinares, después de un día primaveral, evocan el ocaso del día, mientras escucho en el audio del coche, el CD “Todos con Laura”. Ha sido un día bellísimo, incluso placentero, del cual recuerdo su sonrisa: la sonrisa de Laura López Montiel. 

  Hace unas semanas, Andrés, el presidente de la Cofradía de la Virgen de la Cabeza en Torres, me comunicó que en la Eucaristía que celebraríamos en el Santuario, como encuentro anual de los cofrades, nos iba a acompañar la joven Laura, de quien los medios de comunicación se habían ocupado recientemente, ya que había salido de un coma cerebral. Es cierto que aquella historia me “sonaba” algo, y de entrada, me pareció la idea estupenda.

  Ya el viernes 9 de marzo, una joven torreña, Mari Paz, amiga de Laura me había introducido en su historia, y comencé a interesarme de verdad. Pero lo del domingo, fue especial. Pude conocer a unos padres “coraje”, luchadores donde los haya, movidos por el amor a una hija que es toda una bendición. Después de la misa de una, subimos al camarín, acompañando a Laura, donde el Padre Rafael Márquez, hizo entrega de una rosa a Laura, después de haber rezado un Ave María. Al bajar las calzadas, la recién construida estructura de la casa de cofradía de Torres, recibía a cofrades, familia y amigos de Laura, para juntos, compartir el almuerzo.

  Nos despedimos en aquella explanada, frente a la casa cofradía, contemplando cómo los padres de Laura conducían su silla de ruedas hasta el interior del furgón donde puede viajar en sus desplazamientos. El gran recuerdo de un gran día: su perenne sonrisa para con todos, que transmitía algo más que un simple agradecimiento: una paz indescriptible. Tarde de Domingo en el Santuario, día de reencuentros y de la novedad de quien siempre nos descoloca. Como decía el Padre Rafael, hasta para quienes tenemos una fe razonada, la Virgen de la Cabeza, siempre nos “descoloca”.

  A veces, pensamos que podemos ayudar con las migajas de nuestro tiempo a quienes nos salen al paso por el camino de la vida, y al fin, nos descubrimos mendigos del amor de Dios, y eternamente regalados por aquellos que son los primeros destinatarios del Reino. ¡Bienaventurados!.


   Con éstas hermosas palabras Ildefonso nos narra ese domingo, 10 de Marzo de 2012, en el que Laura y el resto de la familia sentimos ese abrazo tan generoso de esta Cofradía de Torres. Gracias.