jueves, 12 de abril de 2012

Mientras dormía... capítulo 2: LAS DOS OPERACIONES

   "Osamah Abdullah El Rubaidi cuenta su experiencia en el caso"

Laura es nuestro trofeo
   Manuela Rosa Jaenes. 19 Marzo 2012
 
   El neurocirujano que operó a la joven dice que se recuperó gracias a la familia
Laura López Montiel despidió el año 2010 en el hospital. Cuando llegó, trasladada por el 061, no le respondían las constantes vitales y la situación que encontraron los profesionales de la medicina era extrema. Fue casi providencial cómo se enteró del caso el director de la Unidad de Neurocirugía, Osamah Abdullah El Rubaidi, quien la intervino hasta en dos ocasiones.

   Sus padres desconocían qué le había ocurrido aquel 30 de diciembre. Cayó redonda al suelo, posiblemente mareada, pero hubo quienes achacaron el desmayo a un infarto. Laura López tiene la suerte de contar con varios profesionales de la enfermería entre sus familiares más cercanos. Uno de ellos, Jose López, se encontraba en Granada ese día y se disponía a almorzar con el director de la Unidad de Neurocirugía, el prestigioso jordano Osamah Abdullah, cuando sonó el teléfono. Era su esposa quien le transmitió la noticia.
Justo en ese momento, el doctor Abdullah decidió hacerse cargo de la situación. era un día de descanso para él, pero sabía que no podía pasar por alto un caso de extrema gravedad como ya preveía. Llamó al personal de la Unidad de Cuidados Intensivos y ordenó las pruebas que determinaron, en un tiempo récord, que la joven había sufrido una hemorragía cerebelosa. El neurocirujano dejó la comida a medias y, después de pasar  por casa para asearse, se trasladó rápidamente hasta el hospital.
   " La encontré con signos neurológicos de muerte, en coma profundo y con respiración mecánica. Había que  operarla", recuerda. A las dificultades propias de la intervención se unió una responsabilidad social derivada de la amistad que Abdullah El Rubaidi tiene con varios familiares de Laura. " En el quirófano vimos que el cerebelo estaba muy dañado, pero no pudimos encontrar el origen de la hemorragia", señala. La operación terminó y ella empezó a mostrar signos de vitalidad. Sin embargo, el 12 de enero sufrió una recaída.
   Los médicos podrían haber dado el caso por perdido. Sin embargo, Osamah Abdullah nunca tiró la toalla. Sabía que una mujer con veinte años podía salir de la situación y había que intentarlo. De nuevo, a quirófano. La segunda operación fue más profunda y en ella el neurocirujano encontró el origen del problema: una malformación que provocaba el sangrado continuo de una arteria. La extirpó y la hemorragia desapareció para siempre. Laura López se enfrentaba, a partir de ese momento, a tres posibilidades: morir, quedar vegetal (coma reactivo profundo prolongado) o salir del coma.

 RECUPERACIÓN. Osamah Abdullah dice que la recuperación de la joven tiene una base científica, aunque sostiene: "En medicina, dos y dos no tienen por qué ser cuatro, es decir, a veces los médicos no tenemos la respuesta". El neurocirujano explica que el cerebelo es algo así como la central eléctrica de una ciudad. Se trata de un sistema reticular compuesto por neuronas gigantes que conforman una malla con actividad eléctrica. Son las que activan el sistema respiratorio, el vascular, etcétera. Ahí es donde Laura tenía la hemorragia. Una vez solucionado este problema, las neuronas empezaron a regenerarse, lentamente, de tal forma que era imperceptible incluso para los profesionales ver que la joven salía poco a poco del coma. "Ella ha estado dormida mucho tiempo porque su sistema reticular ha estado enfermo. El periodo de penumbra esquémica quiere decir que las neuronas estaban dormidas, pero no muertas, y esa fue la fase del coma", agrega.
   El doctor indica que lo que vivió la familia durante todo ese tiempo fue "desesperante". Dice que él aportó su grano de arena, pero "responsabiliza" de la recuperación a sus padres, a sus tíos, a sus primos...Asegura que el cariño y los mimos que recibió la joven mientras dormía fue lo que hizo que las neuronas se regeneraran hasta devolverla a la vida. "Sin ellos no habría salido, como no han salido muchos de los que han pasado por aquí". Por eso sentencia: "Laura es nuestro trofeo, es el premio a nuestra labor, lo que hace que los médicos tengamos ilusión y no nos hundamos en la miseria."
Osamah Abdullah se echa un pulso con Laura López en presencia de sus padres,
Manuel López y Encarna Montiel, y su tío Quico López.

   * La primera vez que la operaron entró en quirófano el 30 de diciembre y salió el 31. Eran las doce y media de la noche y la familia tuvo que esperar 72 horas para ver su reacción.
   * La médica intensivista Encarnación Castillo fue la responsable de comunicar a la familia, en todo momento, cómo evolucionaba Laura López.
   * Entre la primera y la segunda operación hubo transfusiones sanguíneas, falta de oxígeno y fiebres muy altas.
   * La joven esperaba ser trasladada hasta Granada para someterse a una arteriografía cerebral, pero no dio tiempo. Fue justo en ese momento cuando sufrió la segunda hemorragia.