domingo, 11 de diciembre de 2011

"Mamá, papá, os quiero muchísimo"




La familia López Montiel comenzó el año en Urgencias, tras unas fiestas truncadas por la hemorragia cerebelosa que dejó a Laura López en coma un día antes de que acabase 2010.
Nueve meses después, la joven despertó y, ahora, ha recuperado el habla. Ya dice “Feliz Navidad” y, claro, las fiestas se han adelantado.“Encarnita, Manolo, os quiero muchísimo”. Estas fueron las primeras palabras de Laura López después de renacer de un coma que la apartó de la vida un tiempo. Pero este paréntesis quedó ya  lejos y tras superar el primer gran reto, que era despertarse, ya logró el segundo: volver a hablar. Empezó intentando decir “mamá”, y luchando con todas sus fuerzas, como ya hizo cuando esperaba su regreso, logró dirigirse a sus padres, que no dejaron de ansiar el volver a escuchar sus palabras ni un solo minuto desde aquel fatídico 30 de diciembre de 2010. A ellos, Encarnación Montiel y Manuel López, se les escaparon unas lágrimas de felicidad infinita. Como si Laura volviese a ser más Laura, como si hubiesen subido  todos juntos un nuevo escalón.
Hace poco más de una semana que le quitaron la traqueotomía y le falta ya casi nada para que se cierre del todo. Por eso su voz, que aún está en pleno proceso de modulación, ya suena en su casa. Y suena bien bonita. Habla con los que van a visitarla e incluso llama por teléfono a sus familiares. “Buenas noches, tito Carlos. Buenas noches, tita Fina”, comunicó Laura y sus tíos se pusieron a llorar. “Quico, te quiero mucho”, le expresó a su tío, que tanto la acompañó durante aquellos días en los que no decía nada. Pero ya lo dice todo, y con alegría. Incluso ayuda a su hermana pequeña con los deberes de la escuela. Ella le consulta y Laura le responde. Como hacía antes.
Esta joven de veintiún años reinicia la normalidad poco a poco. Ha vuelto a leer, por ejemplo. Le regalaron un lector electrónico y se ha enganchado a una novela negra. Se titula “Sangre derramada”. Anoche, incluso, vio el partido del Real Madrid contra el Barcelona, el enfrentamiento “clásico” que llevaba ya un año sin poder ver. Antes de empezar, hizo una porra: tres a cero para los de Mourinho, con goles de Cristiano Ronaldo e Higuaín. Por fin pudo celebrar goles de futbolistas, aunque ella ya le había metido un gol a la vida y ganó a aquello que le pitó un injusto fuera de juego.

Cartas de sus padres:

"Como volver a nacer"

“Es como volver a nacer, ni más ni menos. Lo que pasa es que ha nacido con los veinte años que ya tenía. Habíamos perdido una hija que hablaba, que trabajaba y que vivía, pero que ha estado un año en ‘stop’. Y después ha vuelto a arrancar como un coche que has tenido en la cochera y que cuando le pones una batería nueva vuelve a andar. Mi hija no es un coche, es un ser humano, aunque ha estado como si no la tuviéramos, porque nada más que respiraba y tenía los ojos con la vista perdida. Sin embargo, a pesar de eso, nosotros le hemos hablado, le hemos dado besos, le limpiábamos la cara y siempre hemos luchado. Hasta que ahora ella me dice cuando la paseo: ‘Papá, la baba’. Entonces, me paro, le limpio su cara y le digo ‘vámonos’. Durante el camino nos paran los abuelos, los conocidos, que dicen mira esta es la niña que ha salido del coma, mira qué guapa… Está siendo todo tan rápido... Todo el mundo lo ponía negro, pero teníamos claro que tenía que salir. Hay que agradecerle al doctor Osama su apoyo y la ayuda que nos da la gente para intentar comprar el vehículo adaptado”.
Manuel López Ortega (padre)

"La ilusión de cada día"

“Estos momentos son iguales que cuando un niño pequeño te dice por primera vez ‘mamá, papá’ y ves que se está soltando al andar... Lo que pasa es que ella va más rápido, porque en dos meses se ha despertado, ha empezado a moverse y ha empezado a hablar. Los profesionales médicos dicen que esto se hace en seis y siete meses normalmente, mientras que Laura lo ha conseguido en mucho menos. Tiene una fuerza de voluntad enorme. El otro día, cuando estábamos comiendo, dijo quiero levantarme y caminar. Quiere beber agua de manera normal. Es la ilusión de cada día como si fuera un recién nacido que va creciendo. Igual. Todos los días crece un poquito, aunque ella lo hace cada vez más rápido. Hace solo unos días que tenía a mi hija en coma y ahora las cosas empiezan a ir mejor que nunca. Esperemos que pronto ande. Antes solo nos quedaba rezar, besarla, lavarla y cuidarla; ahora nos habla y nos dice cosas y somos felices. Dios ha querido que vuelva y aquí está, con nosotros. 
Encarnación Montiel Martínez (madre)